La corrala y el balcón eran los únicos espacios exteriores en las viviendas del casco histórico y los ensanches de Madrid. Durante el siglo XX se construyeron algunos edificios con terrazas soleadas, como la casa de las Flores en el barrio de Arguelles (S.Zuazo.1931) o el edificio de viviendas en la Plaza de San Bernardo (F.Higueras.1969), que señalaron el atractivo de un jardín en altura en esta ciudad.
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