Durante diez días, la Semana ofrecerá un amplio abanico de actividades relacionadas con el mundo de la arquitectura y la ciudad. Más allá de las fronteras físicas, disciplinarias y territoriales, el evento vuelve con la voluntad de estimular la reflexión sobre el entorno construido de las ciudades y su valor a través de la difusión de la actividad arquitectónica, el conocimiento, la experiencia y el debate.
Barcelona tiene en su arquitectura urbana un patrimonio cotidiano de indudable valor. La arquitectura es la base del espacio físico en que se desarrolla la vida de los barceloneses y las barcelonesas. Así, la Semana de Arquitectura quiere servir para reforzar este vínculo imprescindible entre arquitectura y ciudadanía.
La Semana invita este año a que pasen cosas en formato híbrido, presencial –si así lo permiten las restricciones contra el Covid-19 vigentes en el momento de la celebración– y por radio, televisión, redes e Internet. Se trata de reimaginar colectivamente aquello que conforma la ciudad: desde la pequeña escala de la reencontrada domesticidad hasta la gran escala del espacio público y los retos de futuro que se plantean.