Muchas de las personas que trabajan en el terreno de la arquitectura, el arte y el diseño viven en condiciones muy precarias, realizando trabajos no remunerados y sin seguridad social. Cada vez más a menudo, sus vidas se caracterizan por la austeridad, la angustia, la frustración y, en ocasiones,la depresión.
A pesar de la agenda orientada a la conciencia social que comisarios, arquitectos y artistas respaldan voluntariamente en sus iniciativas, sabemos que el campo de las industrias creativas es altamente competitivo y no muestra piedad con quienes se niegan a estar en sintonía con él. Y, aún así, los trabajadores creativos tienen dificultades para admitir esta realidad y, debido precisamente a lo enormemente competitivo que es el campo, parece casi imposible que se organicen en algo similar a un sindicato o una organización social que los proteja de la explotación. Irónicamente, muchas de estas personas viven ya, y a su pesar, una vida ascética sin ser capaces de dotarla de una estructura más autónoma, una estructura que les permita, al igual que a los primeros monjes, vivir según su propio idiorritmo en lugar de según los horarios frenéticos de los modos de producción posfordistas.
Dentro de este estado, el lema “menos es más” parece, cuanto menos, un comentario sarcástico sobe nuestra situación cada vez más precaria, porque ahora sabemos que “menos es simplemente menos” y que en ello hay ya muy poco que pueda idealizarse. Al mismo tiempo, es precisamente en el trabajo creativo donde resulta imposible delimitar la frontera entre el trabajo y el no trabajo, pues la vida misma se ha convertido en la principal fuente de producción (y explotación); y esto debería considerarse una oportunidad para centrarse en el ars vivendi como una forma fundamental de resistencia.
El legado de las prácticas ascéticas debe entenderse como aquello que nos ofrece los medios para transformar es statu quo centrándonos en nuestras vida; o, mejor aún, para ver nuestras vidas, en todos sus aspectos materiales y organizativos, como una posibilidad para el cambio.