Creado en 1986 con motivo del 350º aniversario de la Universidad de Harvard y el 50º de su Graduate School of Design, el prestigioso galardón (uno de los premios de urbanismo más importantes del mundo) reconoce la ejemplaridad de espacios urbanos sostenibles que contribuyan positivamente a la esfera pública de una ciudad y a mejorar la calidad de la vida urbana, cualidades que el jurado —presidido por Rahul Mehrotra— ha contemplado en el parque lineal del Manzanares.
Fruto del concurso internacional celebrado en 2006, el proyecto premiado, que se extiende sobre una autopista soterrada, regenera los márgenes del río y ayuda a rehabilitar los barrios populares colindantes, estableciendo una continuidad física y conceptual entre el centro de la ciudad y el entorno fluvial. Con seis kilómetros de longitud, el diseño está concebido como una secuencia de paisajes que ofrecen variedad en el recorrido, incluyendo una docena de puentes, instalaciones públicas y deportivas, centros de arte, parques infantiles, restaurantes y cafeterías.
En ediciones anteriores han sido distinguidos con el Green Prize intervenciones como: el Metro de Oporto, de Eduardo Souto de Moura; la Integración urbana del noreste de Medellín, de Alejandro Echeverri; el Olympic Sculpture Park para el Museo de arte de Seattle, de Weiss/Manfredi; y el Carré d'Art de Nîmes y el Metro de Bilbao, ambos de Foster + Partners.
En los años marcados por la crisis Madrid Río ha sido criticado por razones económicas, pero nadie ha puesto en duda su pertinencia y su éxito al devolver la vida a una parte de la ciudad antes marginada. Así lo ha reconocido también el jurado del Veronica Rudge Green Prize in Urban Design.