Una historia cinco veces centenaria sin duda marca el devenir de una institución que se siente orgullosa de ella. En algunos casos, las tradiciones, los ritos y las leyendas que la jalonan pueden lastrar los proyectos que pretendan ser emprendidos, que inevitablemente corren el riesgo de ser medidos alejados de su contexto. Pero en general, quinientos años de historia suponen, por encima de todo, un elemento de estímulo y superación cuando comprenden en sus inicios un proyecto innovador y pionero; cuando los que han participado en ese proyecto aparecen como una imponente sucesión de nombres que el tamiz del tiempo ha hecho que resuenen con fuerza en nuestros días, y cuando se acompañan de un patrimonio que es merecedor de reconocimiento por parte de organismos como la UNESCO