Este pabellón epresenta una 'fusión' de la tradición y la innovación gastronómica de España. Esta dualidad crea un espacio permeable, atractivo y flexible, incorporando un área libre y abierta como un patio de naranjos, otro elemento de identidad de la cultura española así como alrededor de sus materiales y elementos fundamentales: un acabado interior que remiten a la tradición utilizando materiales como corcho, esparto o madera de barricas.
Los más de 2.000 metros cuadrados de programa quedan albergado en dos grandes naves, cada una de las cuales representará por separado a la tradicción y a la innovación, estando ambas construidas mediante grandes pórticos estructurales de madera. En la nave de la tradición quedarán vistos, mientras que en la de la innovación estarán recubiertos con acero inoxidable. Esta 'geometría clara y contenida' además se separa del suelo liberando la planta baja en busca de la mayor permeabilidad posible, facilitando la accesibilidad y maximizando la visibilidad del Pabellón Español.