Prolongación de la Castellana from Ezquiaga Arquitectura on Vimeo.
La construcción histórica del Eje de la Castellana muestra que esta cualidad singular es el resultado de un proceso largo y fragmentario en el que se han ido decantando iniciativas y proyectos en torno a un argumento coherente capaz de organizar las dimensiones planimétrica, topográfica, edilicia y funcional de la Vía.
El Proyecto de Prolongación de la Castellana constituye el episodio final de este proceso. Responde, por tanto, a la doble voluntad de prolongar y terminar la mejor calle de Madrid y hacerlo potenciando su carácter de pieza central de la ciudad: atractor de las funciones direccionales institucionales y terciarias más cualificadas y, por ello, espacio privilegiado para la innovación arquitectónica.
La Prolongación de la Castellana es, por ello, tanto un proyecto de creación de una nueva centralidad como un proyecto de reconstrucción urbana, que aprovecha la oportunidad de los suelos ferroviarios e industriales obsoletos situados en el Norte de la ciudad para generar un nuevo tejido urbano que integre equilibradamente funciones infraestructurales, terciarias y residenciales en torno al Eje director de la Castellana.
En el siglo XXI el carácter vertebrador del Eje como institución cívica no puede identificarse con la primitiva función de la calle como canal de tráfico. Por este motivo, el argumento inspirador de la ordenación es la generación de sinergias entre una accesibilidad basada en una amplia oferta de medios de transporte público y las nuevas funciones centrales. Frente a un criterio compositivo geométrico o meramente casual son los nudos de transporte (metro y ferrocarril) los que determinen los puntos de condensación de las funciones terciarias. En una clara apuesta por la edificación en altura con la voluntad de maximizar la accesibilidad y minimizar la ocupación de suelo en beneficio de la residencia, dotaciones y espacios libres.
En la “apuesta” por prolongar la Castellana, creando ciudad dentro de la ciudad, Madrid se aparta de la creciente tendencia a la deslocalización de las funciones centrales en campus autistas en entornos metropolitanos periféricos y genera, al tiempo, un nuevo espacio para la investigación tipológica en la que la altura no es un mero recurso icónico sino la voluntad de respuesta inteligente a las demandas organizativas de la ciudad contemporánea.
Sobre la ordenación urbanísticaLa ordenación de la Prolongación de la Castellana responde a un enfoque urbanístico contemporáneo e innovador en muchos aspectos entre los que destacan los siguientes:
En primer lugar, constituye una operación de transformación y reciclaje urbano que pone en valor suelos ferroviarios e industriales obsoletos sin comprometer nuevo consumo del territorio. Potencia la centralidad de Madrid al prolongar el eje histórico de la Castellana hacia el norte, abriendo nuevo espacio para usos terciarios e institucionales de capitalidad en un momento en que predomina la ex urbanización, es decir la salida fuera de los límites de la ciudad de las grandes instituciones y empresas. Asimismo, contribuye a organizar todo el arco norte de Madrid al posibilitar las comunicaciones transversales entre Fuencarral y Las Tablas, que hasta ahora funcionan como enclaves aislados.
En segundo lugar, la operación se sustenta sobre el transporte público, en especial metro y ferrocarril de cercanías, asegurándose la buena accesibilidad con la ciudad y el área metropolitana sin generar una carga adicional de congestión viaria. Adicionalmente, se prevé una oferta muy variada de medios de transporte alternativos al automóvil, un carril ciclista exclusivo que recorre todo el ámbito, plataformas reservadas para autobuses en las grandes vías y un tercio de las calles no admitirán tráfico de paso, quedando reservadas para el acceso a los residentes
En tercer lugar, a diferencia de otros crecimientos residenciales recientes, la operación está concebida desde la mezcla de usos. Es conocida la convivencia de los usos terciarios y residenciales en una proporción casi equivalente, pero además se ha reservado un 25 % del suelo disponible para albergar equipamientos y dotaciones y otro 18 % a espacios libres públicos. El conjunto de los suelos con destino a usos lucrativos (oficinas y viviendas) sólo supone el 20 % del total de la superficie del ámbito.
Finalmente, el diseño se ha planteado afrontando la complejidad de la ciudad contemporánea aportando soluciones tridimensionales (superposición de usos e infraestructuras en distintos planos) que suponen un avance muy interesante respecto a la manera habitual de concebir el urbanismo zonificado y bidimensional, es decir basado en la separación estricta de los distintos usos y funciones sobre el plano horizontal.
Sobre la ordenación residencialLa ordenación de las viviendas aporta también novedades respecto a los criterios habitualmente utilizados. En primer lugar, asume unas mayores exigencias de sostenibilidad exigiéndose con carácter general la calificación de eficiencia energética C de entre la escala establecida en el RD 47/2007, de 19 de enero, mientras que el cumplimiento estricto del Código Técnico de la Edificación supone un nivel D.
Viviendas y oficinas se entremezclan en el conjunto de la operación, de tal manera que no llegan a constituir enclaves separados o cerrados. Las oficinas se concentran en edificios de mayor altura en los nudos en los que convergen las estaciones de metro y ferrocarril, mientras que las viviendas ocupan una mayor proporción de suelo y configuran la mayor parte de nuevo eje de la Castellana y el espacio sobre las vías soterradas de la estación de Chamartín.
En segundo lugar, se prevé una mayor variedad de tipologías residenciales en función de las distintas localizaciones geográficas de la residencia. Se diseña una ordenación más abierta y flexible en las que todas las viviendas tendrán vistas al parque de nueva creación sobre las vías soterradas de la estación de Chamartín. En cambio se potencia la creación de una fachada residencial que acompañe al nuevo trazado de la Prolongación de la Castellana, compatible con una variedad de alturas y fondos edificables que eviten el exceso de uniformidad detectado en ordenaciones precedentes.
En tercer lugar, se ha cuidado la integración comercial con la vivienda de tal forma que se garantice la presencia de un zócalo de comercios de proximidad en planta baja que asimismo contribuya al uso y animación de las calles. Viviendas y dotaciones conforman unidades integradas garantizando la cercanía a los equipamientos más básicos, ninguna vivienda estará a más de 300 metros del colegio más cercano.
Finalmente en las administraciones responsables de la operación han decidido elevar las previsiones de VPP inicialmente contempladas en el Plan General del 10 % a más del 25 % del total de las viviendas. Esta decisión, además de responder a criterios de accesibilidad a la vivienda, contribuirá en el orden urbanístico a una mayor variedad social y demográfica de los futuros habitantes del área.
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