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“En tiempo de desolación nunca hacer mudanza”, reza la máxima de San Ignacio de Loyola. Justo todo lo contrario es lo que están haciendo las empresas españolas. Ante el desplome de la actividad en España, muchas han encontrado en la internacionalización una solución para hacer frente a la crisis que atraviesa nuestro país. Brasil, con una extensión de 9 millones de kilómetros2 y una población superior a los 190 millones, se ha convertido en el principal destino de inversión de las compañías españolas. Las buenas perspectivas de la economía brasileña, el auge de la clase media, la gran necesidad de infraestructuras y viviendas, junto con celebración del Mundial de Fútbol en 2014 y de los Juegos Olímpicos en 2016, brindan a las empresas de arquitectura, ingeniería y construcción una oportunidad de oro para hacer negocios. Las compañías de nuestro país han encontrado en Brasil el mítico El Dorado, que tanto buscaron los exploradores españoles del siglo XVI.
Construmat, el certamen de referencia del sector de la construcción en España, empezó en 2009 a trabajar codo con codo con visitantes y expositores para saber cuáles eran sus necesidades. Pilar Navarro, directora de Construmat, afirma que “la respuesta fue unánime: para salir de la atonía que sufre el mercado a nivel nacional, había que apostar por la internacionalización”. También comprobaron que Brasil es uno de los objetivos prioritarios para las empresas del sector. “Los proyectos se mueven donde hay necesidad de construcción. Y es evidente que eso sucede en los países emergentes como Brasil que, por otra parte, no cuentan con la suficiente estructura para hacer frente a ritmos elevados de construcción”.
El consejero jefe de la Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia, José Manuel Rodríguez de Castro, define la actual situación de Brasil como “un momento histórico en el que se conjuga un notable crecimiento económico con una redistribución más justa de la riqueza”. Según el Banco Mundial, Brasil es la novena potencia económica mundial con un Producto Interior Bruto (PIB) que representa casi la mitad del total del PIB de América Latina. En los últimos años el país carioca ha experimentado una gran expansión económica, llegando a crecer un 7,5% en 2010. Rodríguez de Castro aclara que esta cifra no se repetirá este año: “Aunque Brasil no se encuentra en crisis, los efectos de la coyuntura económica internacional han provocado una desaceleración del crecimiento”. No obstante, las perspectivas son esperanzadoras y se prevé un crecimiento del 5% durante los próximos 10 años. Si este ritmo se sostiene, en 2020 Brasil se convertirá en la cuarta economía mundial.
El jefe del Sector Comercial de la Embajada de Brasil en Madrid, Claudio Garrón, expresa que la gran efervescencia de la economía brasileña se ha producido gracias a “la combinación de políticas económicas responsables con políticas sociales osadas que han posibilitado salir de la pobreza a millones de personas y han transformado Brasil en un país de clase media”. La reducción de las desigualdades sociales ha permitido un notable incremento de la clase media brasileña (con ingresos entre 450 y 1.800 euros al mes) que ha pasado de representar el 38,8% de la población en 2002 a más del 50% en 2011. Esto ha significado la entrada al mercado de millones de nuevos consumidores que se han convertido en el principal motor de la economía del país.
Para articular todo este crecimiento, el Gobierno de Lula puso en marcha en 2007 el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) que finalizará en 2014 y cuenta con una inversión de más de 600 mil millones de euros. Las inversiones se distribuirán en las áreas de logística, energía y desarrollo social, distribuidas en 6 programas: Ciudades Mejores (infraestructura urbana); Ciudadanía para la Comunidad (seguridad e inclusión social); Mi Casa, Mi Vida (vivienda); Agua y Luz Para Todos (saneamiento y acceso a la energía eléctrica); Energía (energía renovable, petróleo y gas); y Transportes (carreteras, ferrocarriles, aeropuertos). Entre estas iniciativas, destaca el programa Mi Casa Mi Vida al que, en su segunda fase, se destinaran alrededor de 30 mil millones de euros para construir dos millones de viviendas. El PAC también incluye medidas para estimular el crédito, disminuir la carga tributaria y reducir los obstáculos burocráticos.
“Los planes de desarrollo como el PAC y Mi Casa Mi Vida, la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 y el descubrimiento de reservas de petróleo en la zona geológica de pre-sal, hacen de Brasil un destino importante para las inversiones extranjeras, principalmente para las empresas españolas”, asegura Núria Pont, directora de la Cámara Española de Comercio en Brasil. El gran déficit de infraestructuras ha situado al país carioca en el punto de mira de las empresas españolas del sector. A día de hoy, la mayoría de las grandes ingenieras y constructoras, como Gas Natural Fenosa, Iberdrola, Acciona, OHL, ya han cruzado el Atlántico para desembarcar en suelo brasileño. Además, en los últimos tiempos, también se ha producido una oleada de pequeñas y medianas empresas que han puesto rumbo a Brasil. Nadie quiere quedarse fuera de este nuevo El Dorado y cada vez son más las empresas que estudian establecerse en el país de la samba. En ese sentido, Pont expresa que “en 2010 el número de empresas españolas interesadas en las oportunidades del mercado brasileño fue cincuenta veces mayor que en 2009”.
El mercado brasileño, además de muchas oportunidades, también presenta algunas trabas para las compañías españolas, como muchos trámites burocráticos, medidas proteccionistas y dificultades de financiación a largo plazo. El director general de Idom, José Rivera Hernández, remarca que se han encontrado “con ciertas dificultades porque existe una fuerte fiscalidad y una gran protección con respecto al mercado interior”. El consejero jefe de la Oficina Económica y Comercial de España en Brasilia, José Manuel Rodríguez de Castro, aconseja a las empresas que cuenten con un socio local que “les facilitará la entrada en el mercado dado que posee experiencia sobre el terreno y conoce el funcionamiento de la Administración brasileña”.
No obstante, la experiencia de las compañías españolas en Brasil es muy positiva y España se ha convertido en España en el segundo país con mayor stock acumulado de inversión extranjera directa en Brasil, concentrando el 20% del total de la inversión exterior española. Como determina una encuesta realizada por la Universidad de Nebrija en colaboración con la Cámara Española de Comercio en Brasil, el 90% de las compañías españolas afincadas en Brasil han visto incrementadas sus ventas y ampliada su cuota de mercado. “Brasil es uno de los pilares del crecimiento futuro de Iberdrola, destaca Javier Cervera Benito, director de Comunicación de la compañía. Este año, Iberdrola se ha convertido en el principal distribuidor eléctrico de Brasil con más de 11 millones de clientes. Gas Natural Fenosa, que a finales de 2010 contaba con más de 800.000 clientes y una red de distribución de gas de más de 6.000 kilómetros de longitud, también subraya la importancia estratégica del país carioca. “Brasil es uno de los países más importantes para Gas Natural Fenosa en Latinoamérica, donde nos hemos posicionado como líderes en la distribución de gas natural en Rio de Janeiro y Sao Paulo después de varios años de inversión y desarrollo de la red de distribución”, explican fuentes de la corporación.