En 2008 se inicia la construcción de la Nueva Sede según las directrices del proyecto ganador y con el programa de necesidades con el que se arrancó la idea original, desarrollado sobre una superficie aproximada sobre rasante de 12.000 m2 distribuidos en 5 plantas y con 120 plazas de aparcamiento de dotación para el edificio.
El Colegio debe de transformarse y adaptarse, no sólo a las atribuciones y obligaciones que le indique las nuevas leyes y normas, sino también a una realidad profesional que está cambiando y a la nueva realidad económica que se arrastra desde los últimos dos años.
La Fundación debe iniciar un nuevo camino, apoyado en historia de 20 años de actividades, éxito y reconocimiento, en el que se establezca su futuro, su aportación de valor hacia los arquitectos, su compromiso social, su modelo de financiación y la apertura de sus puestas a todos.
El proyecto de la Nueva Sede se convierte en una excelente plataforma para el futuro del Colegio y de la Fundación, dado que este tipo de cambios y mudanzas siempre introducen “frescor” en las organizaciones, además de que se dispondrán de espacios desde donde se desarrolle sus servicios y actividades con mayor dignidad, mostrándose, frente a los arquitectos y frente a la sociedad, una imagen moderna y renovada, y donde se puedan poner en marcha muchas nuevas iniciativas de valor para todos.
El edificio se convierte en un gran contenedor que permita convertirse en herramienta de financiación y en espacio para el desarrollo de actividades de valor añadido que, por otro lado, habrá que ser capaces de poner en marcha para dotar de contenidos a dicho contenedor.
La localización del edificio en la calle Hortaleza, 69 esquina a Santa Brígida resulta excelente:
- está situado en el Centro de Madrid, en uno de sus ejes comerciales más importantes, con buenas comunicaciones próximas
- resulta único disponer de un espacio de 12.000 m2 de oficinas modernas (arquitectónicamente y tecnológicamente) en esta localización
- es una zona atractiva para los gustos e intereses habituales de los usuarios naturales del edificio (principalmente arquitectos)
- se convierte en un polo de atracción que termine de llevar hacia la Glorieta de Alonso Martínez la rehabilitación del eje Hortaleza iniciada con gran éxito desde la Gran Vía